Consideraciones iniciales:
Desde un ámbito estrictamente psicológico, aparece como evidente que las personas poseen la capacidad de ser criteriosas, lo cual no les aseguraría la adecuación de sus comportamientos a las diversas situaciones vivenciadas, surgidas de sus relaciones interpersonales.
En este sentido el criterio, no es un simple mecanismo de repuesta refleja, sino por el contrario, puede pensarse como un proceso básico en cual también interactúan la fijación de creencias, la actitud, etc. El criterio suele ser usado de manera inconsciente en aquellas situaciones de resolución de problemas, y por ello es una capacidad mental del sujeto que supone un análisis racional de la situación por la cual atraviesa.
La actuación de un arbitro de básquet no debe basarse en el mecanismo reflejo de pitar aquello que se vea. Dado que ello puede constituir un recurso fácil si se pretende justificar “el control del partido”, aludiendo a dicho control, el único objetivo del arbitraje.
El criterio arbitral:
El básquetbol es una actividad en continuo cambio. Quizás una pequeña prueba de ello son las modificaciones introducidas a su reglamento de Juego cada cuatro años. Así mismo un partido de básquet no presenta dos situaciones iguales. Es por ello que el criterio arbitral no debe ser concebido como un concepto rígido.
Por el contrario, debe ser flexible, teniendo como base la coherencia según el partido que les toque arbitrar. Puntos a tener en cuenta son los talentos que los jugadores despliegan, sus actitudes para con el juego y la conducta durante el partido.
El criterio arbitral es una capacidad mental que se construye. Pero no exclusivamente con los años de arbitraje. Cierto es que la experiencia puede ser un factor que contribuye con su construcción. El concepto se nutre de diversas áreas de actuación:
Ø Es de suma importancia la actitud que se tenga frente al arbitraje: ello implica el grado de compromiso para con el juego. La mentalidad profesional, no solo debe basarse en la remuneración percibida a la finalización de un partido, sino también, en conocer el contexto de juego (quiénes serán los jugadores, qué es lo que se juega, etc).
Ø Un árbitro no es un elemento aislado del básquetbol actual. Debe tener conocimientos técnicos-tácticos del juego. Su imagen no será dañada si intercambia opiniones y conocimientos con otros estamentos del básquetbol (entrenadores, jugadores, delegados, etc.).
Ø No es una redundancia, pero es indispensable un conocimiento acabado de las reglas y el espíritu para el que fueron creadas. También debe poseer un conocimiento de la técnica del arbitraje.
Podría pensarse en el arbitraje como una actividad, en principio de carácter perceptivo. Pero si solo pensamos en la cuestión sensorial, en la cual el silbato, es la respuesta a un estimulo visual, no podemos desarrollar el criterio como una herramienta más que hace a configurar al arbitraje como una disciplina profesional.
Consideraciones finales:
El básquetbol moderno necesita de analizar al arbitraje en su globalidad, su estructura de funcionamiento, la formación y selección arbitral. Ellos suelen ser lugar de errores a la hora de pitar un partido. Pero para ahondar en los puntos anteriores se necesita de voluntad de diálogo entre todos los estamentos del básquetbol, para que el arbitraje deje de ser una actividad semi-vocacional.
El sentido y objetivo de esta comunicación fue la de pensar en voz alta acerca de la falta de explicación – comunicación sobre aspectos de criterios arbitrales.
En este sentido el árbitro debe trabajar para actuar durante un juego con el menor margen de error posible. Existirían dos clases de errores:
Ø Los de apreciación
Ø Los de criterio
Los primeros pueden ser corregibles y se modifican con el trabajo semanal, de preparación física. Muchas veces “el golpe de vista” hace que nuestra apreciación respecto de un movimiento sea diferente. Podría pensarse que estos tipos de errores son “perdonables”.
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