sábado, 12 de junio de 2010

La práctica del compromiso

Un árbitro comprometido es aquel que cumple con sus obligaciones haciendo un poco más de lo esperado al grado de sorprender a propios y extraños, porque vive, piensa y sueña con sacar adelante su trabajo, es productivo, busca como esforzarse, en otras palabras va más allá de lo que supone en principio el deber contraído con su profesión; es feliz con lo que hace hasta el punto de no ver el compromiso como una carga, sino como el medio ideal para perfeccionarse.

Póngase la camiseta

Es común hablar de "ponerse la camiseta", dicho muy apropiado cuando hablamos de compromiso, pues la idea es que quien trabaja para un fin se sienta parte de él, como si fuera algo propio y no lo haga sólo por hacerlo o porque recibe una retribución a cambio. Este es la base para producir cualquier tipo de cambio; la clave de los logros radica en la capacidad que posee cada arbitro en comprometerse con lo que hace en un terreno de juego, tiene que ver con la posibilidad de crear nuevas prácticas en su manera de hacer las cosas.

Cuando no existe

El hecho de que un árbitro acepte formalmente la dirección de un partido en cualquier categoría, hace suponer que conoce todos los aspectos, alcances y obligaciones que conlleva su juzgamiento, la realidad es que cree cumplir a conciencia solamente por sancionar faltas y violaciones; sin embargo, la falta de compromiso se debe a descuidos voluntarios, pero principalmente a la pereza, la comodidad, al egoísmo y la prepotencia que demuestra dentro del mismo.

Comprométase ahora

A veces un árbitro cree que sólo puede asumir aquello que su sentido común le muestra como posible o factible sin darse cuenta que cuando se compromete consigue lo que no tiene, cualquier ejemplo de cambio significativo empieza con alguien que se ocupa de una posibilidad que era vista hasta ese momento como "improbable"; algunos silbatos creen que el compromiso es sólo una palabra insignificante, otros por el contrario lo consideran importante cuando hablan de él, sin embargo muy pocos lo hacen importante a la hora de ponerlo en práctica.

Fenómeno esencial

Considerar el compromiso como un fenómeno esencial para coordinar acciones con los compañeros y colaboradores, se convierte en la base para producir cualquier tipo de cambio. La clave de los logros dentro del arbitraje radica en la capacidad que se posea en comprometerse y responder posteriormente por actos y decisiones que se toman; este valor tiene que ver con la posibilidad de crear nuevas prácticas en las maneras de arbitrar e interpretar los partidos pues sólo así se será consciente de la nueva responsabilidad que se quiere contraer.

Fuente: Revista Arbitros

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